Revolució de 1868: diferència entre les revisions

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[[Fitxer:JuanBatistaTopeteYCarballoPorRafaelMonleón.jpg|thumb|Almirall [[Juan Bautista Topete y Carballo|Juan Bautista Topete]] (1887) per [[Rafael Monleón|Rafael Monleón]] ([[Museu Naval de Madrid]])]]
A principis de setembre de 1868 tot estava preparat pel [[pronunciament militar]] que es va acordar que s'iniciaria a Cadis amb la revolta de la flota per part de l'almirall [[Unió Liberal|unionista]] [[Juan Bautista Topete]]. Allí arribà la nit del 16 de setembre des de Londres, via Gibraltar, el general Prim, acompanyat dels progressistes [[Práxedes Mateo Sagasta]] i [[Manuel Ruiz Zorrilla]], abans que arribessin des de Canàries en un vapor llogat amb diners del [[duc de Montpensier]] els generals unionistes que estaven allí desterrats, encapçalats pel general [[Francisco Serrano]].<ref>{{cita libro |apellido=Fontana |nombre=Josep |enlaceautor=Josep Fontana |año=2007 |páginas=351|cita=Prim, que estaba tomando aguas en [[Vichy]], burló la vigilancia francesa y escapó a Londres, donde el 12 de septiembre embarcó para Gibraltar en un buque que hacía la travesía hacia la India, disfrazado de ayuda de cámara de unos aristócratas británicos y acompañado por Ruis Zorrilla y por Sagasta}}</ref> Prim i Topete decidiren no esperar i el 18 de setembre Topete es revoltava al capdavant de l'esquadra. L'endemà, després de l'arribada de Serrano i dels generals unionistes des de Canàries, Topete va llegir un manifest redactat per l'escriptor unionista [[Adelardo López de Ayala]] en el qual es justificava el pronunciament i que acabava amb un crit —«¡Viva España con honra!»— que es faria cèlebre. Segons Fontana, el manifest «era un autèntic prodigi d'ambigüitat política».<ref>{{cita libro |apellido=Fontana |nombre=Josep |enlaceautor=Josep Fontana |año=2007 |páginas=351-352|cita=}}</ref>
 
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{{citació|Españoles: la ciudad de Cádiz puesta en armas con toda su provincia (...) niega su obediencia al gobierno que reside en Madrid, segura de que es leal intérprete de los ciudadanos (...) y resuelta a no deponer las armas hasta que la Nación recobre su soberanía, manifieste su voluntad y se cumpla. (...) Hollada la ley fundamental (...), corrompido el sufragio por la amenaza y el soborno, (...) muerto el Municipio; pasto la Administración y la Hacienda de la inmoralidad; tiranizada la enseñanza; muda la prensa (...). Tal es la España de hoy. Españoles, ¿quién la aborrece tanto que no se atreva a exclamar: «Así ha de ser siempre»? (...) Queremos que una legalidad común por todos creada tenga implícito y constante el respeto de todos. (...) Queremos que un Gobierno provisional que represente todas las fuerzas vivas del país asegure el orden, en tanto que el sufragio universal echa los cimientos de nuestra regeneración social y política. Contamos para realizar nuestro inquebrantable propósito con el concurso de todos los liberales, unánimes y compactos ante el común peligro; con el apoyo de las clases acomodadas, que no querrán que el fruto de sus sudores siga enriqueciendo la interminable serie de agiotistas y favoritos; con los amantes del orden, si quieren ver lo establecido sobre las firmísimas bases de la moralidad y del derecho; con los ardientes partidarios de las libertades individuales, cuyas aspiraciones pondremos bajo el amparo de la ley; con el apoyo de los ministros del altar, interesados antes que nadie en cegar en su origen las fuentes del vicio y del ejemplo; con el pueblo todo y con la aprobación, en fin, de la Europa entera, pues no es posible que en el consejo de las naciones se haya decretado ni decrete que España ha de vivir envilecida. (...) Españoles: acudid todos a las armas, único medio de economizar la efusión de sangre (...), no con el impulso del encono, siempre funesto, no con la furia de la ira, sino con la solemne y poderosa serenidad con que la justicia empuña su espada. ¡Viva España con honra!}}