Josep de Miró i Argenter: diferència entre les revisions

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El seu germà [[Joaquim de Miró i Argenter|Joaquim]] va ser un pintor català molt vinculat a Sitges. El seu fill, [[José Miró Cardona]], va ser primer ministre (per uns dies) i ambaixador de la Cuba post-[[Fulgencio Batista|Batista]].
La siguiente carta es dirigida al Mayor General Máximo Gómez por el Dr Máximo Zertucha,médico de la Columna de Antonio Maceo:"Los que acompañaban al General eramós el brigadier Miró, el doctor Guas y yo. Al lado derecho del General estaba Miró y yo al lado izquierdo, y el doctor Guas se quedo a distancia junto al portillo por donde habíamos entrado........."
".....el General Maceo........, cayó por el lado izquierdo de su caballo como herido de un rayo lanzando su machete hacia adelante a considerable distancia. Tras él caí yo: lo encontré sin conocimiento; un arroyo de sangre negra salía por una herida que tenía al lado derecho de la mandidula inferior, a dos centímetros de la sínfisis mentoniana. Introduje un dedo en su boca y encontré que estaba fracturada la mandíbula.
Su estado general indicaba a primera vista la gravedad. La algidez, el síncope, el pulso nulo y la palidez que aumentaba hasta el extremo de estar su rostro desconocido, me indicaba había sido herido y que la muerte era cercana. A los dos minutos a lo más tarde de ser herido, murió en mis brazos y con él cayo para siempre la bandera.
Y el General Miró? ¿Y el doctor Guas?. El segundo, cuando era herido el General, no estaba en el cuartón. Probablemente fué a cumplir con su deber con las fuerzas a que pertenecía. En cuanto al primero, merece párrafo aparte.
En medio del horrible e imponente fragor del combate, yo, enfermo, convaleciente, sin armas, pues no podía por mi debilidad soportar su peso, al ver a mi jefe, a mi amigo, a mi padre en la revolución caer herido de muerte, pedí auxilio al brigadier Miró y este, que montaba un brioso caballo, contestó a mis gritos con uno tan alto que sonó como un clarín en medio del combate: "¡Estoy herido!"
"....... me senté entre los dos cadáveres. Entonces recordé que había faltado a mis deberes, pues no había curado de su herida al brigadier Miró. A presencia de todos lo jefes le dí mis escusas, y fuí a ver la herida que le había hecho retirarse del lado de su Jefe.
¡General: era mentira...! ¡No había tal herida! ¡Un ligero rasguño en la parte anterior del muslo, había hecho que cobardemente abandonara a su Jefe herido, frente al enemigo; ese a quien Ud. le dió por semejante acción, el grado de General de División...!"
"José Miró y Argenter, que todo se lo debía al General Maceo. El General Miró, de quien fuimos esclavos los doctores Hugo, Cowley y yo, por el cariño que le profesaba Maceo, ese... huyó con un buen caballo!
Ese ¡ha publicado multitud de folletos llenos de mentiras! Ese ¡fué quien tuvo la culpa de la muerte de su hijo, de nuestro compañero, de nuestro amigo, del valiente, del digno hijo de usted, Gral. Gómez, pues si él me hubiera ayudado, no habrían profanado el cadáver del General los guerrilleros españoles y su hijo no hubiera muerto."
P.D. -En el campamento "Loma del Hambre", el día 8 de diciembre entregué al brigadier Miró los certificados de los reconocimientos del General Maceo y Panchito Gómez. Esto fué a presencia del General Díaz. ¿Se los ha entregado? -Vale.
Es triste este relato y hay que contarlo sin tapujos.Este artículo aparece en el periódico El Heraldode Melena 4(38):1,4 y 6,Diciembre de 1943.
 
== Bibliografia ==